El estallido de la Guerra civil española supuso un revulsivo para el círculo de intelectuales amigos de Kahn; una etapa de gran creatividad puesta al servicio de la República en peligro. El triunfo del franquismo le obligó, como a tantos otros, a emprender el camino del éxodo y el llanto.
Embarcó primero en el buque Andros, rumbo a Alejandría, después en el Champolion hacia Marsella y, de allí, a París. Su viaje de Francia a México debió ser bastante azaroso, pues tuvo que hacer escala en Dakar, donde permaneció varios meses junto a otros exiliados españoles.
El exilio fue el agrio camino que esperaba a cientos de miles de españoles al termino de la guerra.
lunes, 6 de julio de 2009
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